jueves, 5 de junio de 2014

Corre, corre caballito ... y adiós

Hola a todos, quiero deciros que esta entrada de hoy genera emociones encontradas en mí. Os preguntaréis por qué. La respuesta es muy sencilla, Nuria nos enseñó a principio de curso esto del Blog, y la verdad es que me ha enganchado (Gracias Nuria). Aunque una señal de mi blog era entregar las entradas a última hora y ser consciente de ello y divertirme, hoy, llega todo a su fin.

Hoy escribo, la que será, a no ser que repita o me suspenda Nuria (QUE NO CREO, QUE NURIA ES MUUUUUUUY BUENA, (onomatopeya, boing, boing)), la última entrada de este curso y de este blog. Bueno, fuera de bromas, sí es la última entrada, pero me estoy planteando comenzar un blog donde pueda ofrecer mi visión de algunas cosas, y aportar mi granito en Internet, pero no lo sé, espero meditarlo durante el verano.
A lo que vamos, la entrada de hoy, el tiovivo o carrusel, o como diría una prima mía, a su hermana, ¿Qué es un tiovivo?, pues un tío que no está muerto.
Bueno, mi tiovivo estuvo a punto de estar muy muerto, de hecho, prácticamente lo he tenido que hacer dos veces, porque la primera no me salió del todo bien.

Pero ¿qué es lo que he hecho?. Nuria nos pidió para este trimestre que hiciéramos un proyecto tecnológico con un mecanismo, bueno, ya sabéis, eso de poleas, motores, engranajes…, madre mía, me canso de pensarlo.
El caso es que yo me decidí por el tío que no está muerto, por el tiovivo, y bueno, aunque parezca mentira, FUNCIONA.

Mi tiovivo, que podéis ver en las fotos, consta de un motor que está unido a una polea pequeña, que a su vez, transmite el movimiento circular a otra polea de mayor tamaña, esta última, está conectada al eje del tiovivo, de tal forma que cuando gira el motor, hace que giren las poleas, que a su vez hace que gire el eje del tiovivo.

Vamos, ingeniería de la fórmula 1.
Para mí ha sido muy difícil, incluso he tenido que pedir ayuda en algún momento. Pero bueno, gracias a los consejos de todos, y al ensayo y error (es decir, probar una vez, equivocarte, probar otra vez, volverte a equivocar, tener ganas de mandarlo todo a tomar viento, pero no, tu padre aparece por la habitación y te dice que lo tienes que hacer, luego vuelves a intentarlo, casi sale, pero te equivocas, y por fin, viene la iluminación y FUNCIONA)

Bueno, pues lo dicho, mañana expondré en clase el proyecto, y espero que funcione, porque a esta hora, el tiovivo gira, pero ¿y mañana?

Ha sido un gustazo escribir el blog, y si comienzo otro, os avisaré.

Chao y hasta siempre Luis Ángel, (como dirían los vecinos de Montepinar, de la serie  La que se Avecina), 

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